Gerenciado por la Dirección General de Investigación y Desarrollo de la Fuerza Aérea Argentina (DGID-FAA), nace como una necesidad de desarrollar tecnologías duales, es decir, de uso civil militar, para satisfacer los requerimientos futuros de la Institución. Su principal característica es la de ser un biocombustible de uso aeronáutico, que soporta bajas temperaturas, una demanda esencial de los combustibles aeronáuticos.
Para ello se ha utilizado tecnología química especial y como primera etapa del proyecto en el año 2007 se desarrolló y evaluó un Biocombustible de soja. En segunda etapa se trabajó en el desarrollo a partir de biomasa no comestible superando así la dicotomía ética entre alimento y combustible.
A partir del aceite de ricino se produjo un biodiesel para bajas temperaturas (BioGOAB15) con resultados altamente exitosos en un vehículo Unimog MB16 de dotación de la Base Antártica Marambio con más de 2000 horas de funcionamiento.